Fomenta la estabilidad emocional, la paz interior y ayuda a manejar los cambios de humor y el estrés.
Se asocia con la tierra y la naturaleza, promoviendo una conexión profunda y armonía con el entorno.
Se le atribuyen propiedades antiinflamatorias y se cree que ayuda a mejorar el sistema inmunitario, la circulación y a aliviar trastornos respiratorios y digestivos.
Promueve la concentración y el enfoque, ayudando a despejar la mente de pensamientos dispersos y facilitando la toma de decisiones.
Atrae energías positivas, ayudando a elevar el estado de ánimo y a crear un ambiente de optimismo y entusiasmo en el entorno.
Se cree que ofrece una capa de protección contra energías negativas y malas influencias, fortaleciendo el aura personal y promoviendo la seguridad espiritual.